Fecha: 4 de Agosto 2008 D.C.
Localización: Alrededores de Kyoto, Japón.
Después de la soberana paliza que nos pegamos visitando algunos de los templos de Kyoto, decidimos irnos a la otra punta de Kyoto al día siguiente para ver los Torîs (con i larga) de Fushimi Inari. Ahora bien para la gente que no sepa y gracias a nuestra gran amiga la Wikipedia aquí os dejo la definición resumida que dan de la misma.
Un torī (en japonés 鳥居) es un arco tradicional japonés que suele encontrarse a la entrada de los santuarios Shinto (Jinja), marcando la frontera entre el espacio profano y el sagrado. Consisten de dos columnas sobre las que se sustentan dos travesaños paralelos, frecuentemente coloreados de tonalidades rojas o bermellones. Algunos poseen tablas escritas montadas entre las barras horizontales. Tradicionalmente, los torī son de madera o piedra, pero recientemente se han comenzado a hacer en acero o acero inoxidable.
Pero dejándonos de explicaciones enciclopédicas, lo que realmente importa en este caso es nuestro paso por allí y las fotitos que se hicieron de nuestra mano aquí os dejo el plano fotografiado del templo y algunos detalles de las vistas que teníamos por allí.
En este templo cuentan con cientos de estas puertas que van haciendo un camino que recorre la montaña, una verdadera preciosidad, y por el camino te vas encontrando diferentes altares, templos, y puestos de comida. Aunque también puedes desviarte un poco de la ruta de los Torîs y contemplar algún templo apartado y unos indescriptibles bosques de bambú. Como podéis ver en las siguientes fotos.
Hubo un par de anécdotas para contar sobre este día.
Primero y bastante lógico si uno lo piensa, no hay carreteras, no pueden ir coches, pero si hay puestos para comer, beber y descansar y estos puestos tienen máquinas de botellas (no me preguntéis como han llegado allí, no sabría deciros) y a medida que íbamos subiendo el precio de las bebidas se iba incrementando. Era curioso que la botella de agua que te costaba unos 100 o 110 Yen en la base del santuario llegaba hasta los 200 o 250 en la cima de la montaña. Fue una manera de saber cuando comenzábamos a bajar de nuevo :-), más o menos cuando los precios volvían a bajar supusimos y parece ser que no andábamos muy densencaminados.
La segunda anécdota fueron unos lindos gatitos que encontramos tirados al sol encima de los torîs que tenían para vender y que son la verdadera estampa de serenidad y tranquilidad que por aquellos parajes disfrutábamos.
Fue un día estupendo, aunque acabamos muertos debido al calor y al esfuerzo físico de la subida y la bajada, tanto que las chicas terminaron por utilizar las fuentes de purificación, como sede de concursos de camisetas mojadas... Pero bueno esa es otra historia :-P.
Mas tarde cuando bajamos, decidimos acercarnos tranquilamente hasta el Barrio de Gion, conocido por ser el barrio de las Geishas y bueno estuvimos dando unos paseos por allí y viendo la zona, yo estaba tan cansado que apenas saque ninguna foto, salvo alguna a las calles que por allí se podían ver, que me parecieron de lo mas curiosas. Unas mas tradicionales y otras hiperrecargadas de carteles de negocios, aquí podéis ver una muestra.
Por cierto, tuvimos la suerte de ver alguna que otra geisha por la zona. Bueno y con esto y un bizcocho... hasta el próximo post.
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